El mejor regalo de Reyes: la ilusión
5 de enero de 2008. Lucas y Marta, de apenas 3 y 8 años, se levantan a desayunar. Ambos con el pelo un poco alborotado y algo desorientados, no sabían muy bien en qué día se habían levantado. Parece que dormir en vacaciones produce un desorden general. Se levantaron como un día cualquiera, pero este sería muy diferente a los demás. ¿Y cómo no iba a serlo? ¡Es el día por excelencia de cualquier niño, por la tarde irían a la Cabalgata de Reyes! El día transcurría y Laura, su madre, esperaba que llegara la hora para sacar de su escondite todos los regalos que había comprado con ilusión para sus hijos. Marta ya sabía que los Reyes Magos no existían, su prima le había desvelado el secreto unos meses antes. Pero ella, que además no era muy consciente de la situación, seguía con la misma ilusión de siempre. Le esperaba un día muy guay. Tras la cabalgata, tocaba ir a casa de sus abuelos. Los niños estaban eufóricos. La pequeña plazuela llena de macetas en la que viv...